Muchas emociones y sentimientos encontrados este fin de semana. También muchas primeras veces. Primera vez que corro una Copa de España. Primer viaje "oficial" con mi club Cuéllar Stone Running. Viajamos el sábado por la mañana a Borriol y entre unas cosas y otras se nos pasaron las 5 horas de viaje sin darnos cuenta. Puedo asegurar que será casi imposible ver más elites juntos en una carrera este año. Le dabas una patá a una piedra y salían 15 elites, de esos que solo ves por redes sociales levantando cintas de ganador/a. Me sentí tan pequeño al lado de ellos.
Presentación de clubes para el campeonato de España (otra experiencia a la mochila), recogida de dorsales, briefing técnico y vuelta a Castellón de la Plana que a las 6 de la mañana sonaba el despertador.
Había recuperado bien de Sierra Elvira y las sensaciones durante la semana no habían sido malas. En cambio, la cabeza la seguía teniendo en Marte y la confianza en mi mismo por los suelos, como en Sierra Elvira. Y si la cabeza no funciona, no funciona nada. Entre unas cosas y otras me encontré esa mañana yendo camino a Borriol para la salida después de haber dormido poco y mal por estar comiéndome la cabeza. Me metí en el corralito de salida atrás, muy atrás. No queria ni calentar. Donde pollas iba yo con toda aquella gente tan buena, me preguntaba. Entre bromas y risas con Raúl llegaron las 8:00 de la mañana y se dió la salida a la que iba a ser una de las mejores experiencias de mi vida. Salí tranquilo, a pesar de haber sido avisado que en la primera subida iba a formarse un tapón muy gordo pero es que me daba igual.
Dicho y hecho, taponaco en el km 3. Solo diré que el reloj me marcó que tardé 18 minutos en hacer el km 3 para que os hagais una idea de la montonera que se formó, aunque fue muy muy divertido. Me encontré practicamente escalando por una pared de roca mientras a mi alrededor llegó a haber hasta 4 filas de personas intentando subir por donde se pudiera. Estaba sin ganas pero en ese momento me hizo click la cabeza y empecé a pasarmelo bien.
Llevaba el estomago algo revuelto y no iba muy suelto de piernas. Llegamos por fin a un sendero de verdad y dejé de preguntarme que estaba haciendo yo corriendo una copa de españa. Para estar con esa actitud mejor me hubiera quedado en mi casa y me hubiera ahorrado el tiempo, el dinero, las fuerzas...Todo. Me regañé a mi mismo por no estar aprovechando la oportunidad y la cabeza empezó a funcionar. Solo llevabamos 5 km, todavía quedan 23 para darle la vuelta a la tortilla. Las malas sensaciones y los pensamientos negativos se esfumaron. La cabeza empezó a funcionar y con ella las piernas. Apreté un poco y las fuerzas me acompañaban.
Aún no iba a fino del todo pero me iba encontrando mejor conforme los kilometros pasaban. Casi sin darme cuenta me planté a mitad de carrera y decidí arrancar con todo, sabía que iba muy atrás...tanto en la general como en mi categoría. A partir de aquí recuerdo más bien pocas cosas, iba disfrutando muchísimo y me encontraba como nunca me he encontrado en carrera. Disfruté y corrí muchisimo en las bajadas, la mayoría muy técnicas, cosa que no hacia desde finales de 2017 porque les cogí miedo y me sentía muy torpe. Volvía a ser yo, volvía a ser aquel que arriesgaba y atacaba en las bajadas. Volví a creer en mi. Volví a sentirme fuerte. Volví a confiar en apretar con todo con la seguridad de que no iba a petar. Esta última parte iba con la visión en modo túnel, solo concentrado en correr y correr todo lo rápido que pudiese sin mirar el reloj ni desconcentrarme en lo que estaba haciendo. Solo sé que estaba adelantando a mucha gente, casi 70 personas en total según los tiempos de paso y del puesto 17 al 9 en sub23. Este domingo taché de la ñista a mucha gente a la que miraba desde lejos siempre y esta vez los traté de tú a tú. Aún no me lo creo. Como una imagen vale más que mil palabras, solo hace falta que os enseñe mi entrada a meta...
Vuelvo muy muy feliz de esta MABO y con la certeza de que aún no he llegado pero estamos en el camino.
No tendría sentido llegar si luego no tuviese ganas de seguir. Esta carrera es justo lo que necesitaba y lo que estaba buscando. Toca seguir trabajando, ahora con más hambre que nunca.
Gracias a la gente de mi club, Cuéllar Stone Running, por este gran fin de semana en gran compañía y por apoyarnos para poder vivir esta gran experiencia.
A la organización por serme imposible poner una sola pega.
A mis padres y a la gente que me quiere por apoyarme en mi decisión de compaginar lo que más feliz me hace de este mundo con mi oposición.
Y a todos los que dais ánimos por redes sociales.
A todos, gracias.
Track de Strava: https://www.strava.com/activities/2187884077
QUE EL SUEÑO NO SE DUERMA